Según investigadores de Harvard y Brown, el aumento de los niveles de luteína y zeaxantina está asociado con una reducción del 40% en el riesgo de desarrollar degeneración macular asociada con la edad (DMAE) avanzada.

El vínculo entre la luteína y la salud ocular fue primeramente divulgado en 1994 por el Dr. Johanna Seddon y sus compañeros de la Universidad de Harvard, quienes encontraron una relación entre la ingesta de alimentos ricos en carotenoides, particularmente verduras de hoja verde como la espinaca y una reducción significativa de DMAE (JAMA, Vol. 272, pp. 1413-1420). La DMAE recae sobre 25 a 30 millones de personas en todo el mundo, según la AMD Alliance International.

La mácula es una mancha de color amarillo de unos cinco milímetros de diámetro en la retina. El color amarillo es debido al contenido de los carotenoides luteína y zeaxantina, que deriva de la dieta. Estos compuestos son los únicos carotenoides capaces de filtrar la luz azul dañina que puede dañar las células en el ojo, las barras y los conos.

Un fino pigmento macular puede permitir que la luz azul lo atraviese y destruya las células. Mantener altos niveles de los carotenoides maculares y por lo tanto el pigmento macular, es visto por muchos expertos en salud ocular como un enfoque válido para mantener la salud ocular y reducir el riesgo de DMAE.

Por lo tanto, hay fuerte plausibilidad biológica para el papel de luteína y zeaxantina en la reducción del riesgo de DMAE.

Detalles de la revisión

Veinte años de datos de 102.046 los participantes en el Nurses’ Health Study y Health Professionals Follow-up Study indican que las personas con los más altos niveles de luteína/zeaxantina plasmáticos promedio disminuyeron en un 40% su riesgo de desarrollar DMAE avanzada, en comparación con aquellas personas con los niveles más bajos de la media, según publicaron los investigadores en JAMA Ophthalmology.

Los datos también indicaron una asociación entre el riesgo de DMAE avanzada y algunos otros carotenoides, incluyendo el beta-criptoxantina, alfacaroteno y betacaroteno. Los niveles promedio más altos de estos se asociaron con un 25% a un 35% menor riesgo de DMAE avanzada en comparación con los niveles más bajos de la media.

En el transcurso de su estudio de seguimiento, los investigadores confirmaron 1.361 casos de DMAE intermedia y 1.118 casos de DMAE avanzada. Sin embargo, no hubo ninguna asociación entre los niveles de carotenoides y el riesgo de DMAE intermedia.

«Aunque la asociación inversa entre la luteína/zeaxantina y DMAE avanzada fue consistente con una serie de estudios previos, la naturaleza observacional de nuestro estudio excluye el nivel de inferencia causal que podría derivarse de un ensayo seleccionado al azar», escribieron los autores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, Universidad de Brown y la Facultad de Medicina de Harvard.

«Lamentablemente, los análisis primarios del ensayo AREDS2 no prueban un efecto protector de la luteína/zeaxantina. Sin embargo, cuando únicamente se consideró a los participantes en el 20% de la ingesta de luteína/zeaxantina, hubo una reducción del riesgo del 26%. El resultado del subgrupo es constante con la hipótesis de que los suplementos pueden ser más eficaces cuando la ingesta dietética de fondo está por debajo de un umbral biológico suficiente.

«Este estudio apoya más el papel causal de la luteína/zeaxantina en la protección contra el desarrollo de la DMAE avanzada. Debido a que otros carotenoides también pueden tener un papel protector, la estrategia de salud pública de aumentar el consumo de una amplia variedad de frutas y verduras ricas en carotenoides podría ser más beneficiosa y es compatible con las directrices dietéticas actuales».

Referencia

Wu J, Cho E, Willett WC, Sastry SM, Schaumberg DA. Intakes of Lutein, Zeaxanthin, and Other Carotenoids and Age-Related Macular Degeneration During 2 Decades of Prospective Follow-up. JAMA Ophthalmol. 2015 Dec;133(12):1415-24. doi: 10.1001/jamaophthalmol.2015.3590.