La baja ingesta de filoquinona (vitamina K1) puede estar asociada con un mayor riesgo de hipertrofia de la cámara de bombeo principal del corazón, según este estudio.

Los adolescentes que consumieron bajas ingestas de vitamina K1, que se encuentra en las verduras de hoja verde (como la col rizada y las espinacas), mostraron un riesgo tres veces más alto de hipertrofia ventricular izquierda (HVI), según hallaron investigadores de la Universidad de Augusta.

La HVI es una afección en la que la cámara de bombeo principal del corazón se agranda, el grosor de la pared aumenta y la cantidad de sangre bombeada (fracción de eyección) disminuye.

«La prevalencia de la hipertrofia del VI disminuyó progresivamente a través de los terciles de la ingesta de filoquinona», observó el Dr. Norman Pollock. «Aquellos que consumieron menos vitamina K1 tuvieron más riesgo».

El estudio, publicado en The Journal of Nutrition, es el primero en investigar posibles vínculos entre la ingesta de vitamina K1 y la estructura y función del corazón en una población adolescente.

Se sabe que la HVI es más común en adultos cuyos músculos del corazón se han vuelto menos efectivos debido a una larga historia de presión arterial alta.

Los hallazgos sugieren que los cambios en la estructura del VI pueden comenzar en la adolescencia y pueden permitir intervenciones para prevenir eventos cardiovasculares (CV) en la vida posterior. Aunque se necesita más investigación, garantizar la ingesta adecuada de vitamina K en los primeros años de vida puede ser importante para reducir el riesgo CV a largo plazo.

«Esto podría conducir a intervenciones con filoquinona en la infancia destinadas a mejorar el desarrollo cardiovascular y reducir el riesgo posterior de enfermedad CV», concluyó el equipo.

Detalles del estudio

El estudio evaluó la ingesta de filoquinona de 766 adolescentes de 14-18 años a través de la dieta. Los científicos midieron aspectos de la estructura y función del ventrículo izquierdo mediante ecocardiografía. Calcularon las asociaciones entre la estructura del VI y las variables funcionales y el riesgo de probabilidades de hipertrofia del VI en los terciles de la ingesta de filoquinona.

Después de ajustar por múltiples variables de confusión, los investigadores encontraron que los adolescentes que consumieron menos de 42 microgramos/día (ug/d) de filoquinona tenían un 3,3 mayor riesgo de HVI que los que consumían más de 90 ug/d.

También encontraron un índice de masa del VI y un grosor de pared significativamente más bajos en el tercil superior de la ingesta de vitamina K1. Además, dos medidas de la función del ventrículo izquierdo fueron significativamente más pobres en el grupo de consumo de tercil inferior.

Solo el 25% de los participantes del estudio alcanzó el nivel de ingesta adecuada de 75 μg/día (recomendado por U.S. Food and Nutrition Board of the Institute of Medicine).

Como el diseño del estudio fue transversal, el equipo no pudo concluir un efecto causal. «No podemos estar seguros de que la ingesta de filoquinona tenga un efecto directo sobre la estructura y la función cardíaca», reconocieron.

Además, la falta de biomarcadores confiables para la circulación de la vitamina K1 impidió que los investigadores evaluaran si un mejor estado de vitamina K1 (que refleja una mayor ingesta de filoquinona) tendría un efecto beneficioso sobre la estructura y función del ventrículo izquierdo.

Referencia

Douthit MK, Fain ME, Nguyen JT, Williams CF, Jasti AH, Gutin B, Pollock NK. Phylloquinone Intake Is Associated with Cardiac Structure and Function in Adolescents. J Nutr. 2017 Aug 9. pii: jn253666. doi: 10.3945/jn.117.253666.