Tomar un suplemento de altas dosis de ácidos grasos omega-3 de cadena larga durante el embarazo podría ayudar a prevenir el asma en los niños, según se sugiere en este estudio.
En este estudio, publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM), el equipo internacional detrás del estudio informó que las madres que tomaron suplementos que contenían altas dosis de ácidos grasos omega-3 en los últimos tres meses de embarazo tuvieron una menor incidencia de sibilancias persistentes o asma, y de infecciones de las vías respiratorias inferiores, en sus hijos.
El ensayo aleatorio, dirigido por el profesor Hans Bisgaard de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, siguió a más de 700 mujeres danesas y sus hijos – encontrando que el riesgo de asma infantil, sibilancias e infecciones respiratorias en los primeros cinco años de vida se redujo en casi un tercio en aquellas mujeres asignadas para recibir el suplemento de omega-3 de origen marino.
«Sospechábamos que había un vínculo entre las propiedades anti-inflamatorias de los ácidos grasos omega-3 de cadena larga, la baja ingesta de omega-3 en las dietas occidentales y el aumento de las tasas de asma infantil», dijo Bisgaard. «Este estudio demuestra que están definitiva y significativamente relacionadas”.
Detalles del estudio
El equipo de investigación asignó al azar, a 736 mujeres a las 24 semanas de embarazo, una suplementación diaria con 2,4 gramos de omega-3 (55% de EPA y 37% de DHA en forma de triacilglicerol) o un placebo de aceite de oliva (72% de ácido omega-9 oleico y un 12% de ácido omega-6 linoleico).
Se siguió a 695 descendientes durante tres años.
Los resultados mostraron que el riesgo de sibilancias persistentes o asma en niños nacidos de mujeres a las que se les administró el suplemento de omega-3 a finales del embarazo fue un 31% menor que en los nacidos de mujeres en el grupo placebo.
Además, encontraron que esa suplementación estaba significativamente relacionada con un menor riesgo de infecciones de las vías respiratorias inferiores en la descendencia (31,7% vs 39,1%), pero no con una reducción estadísticamente significativa de las exacerbaciones de asma, eczema o sensibilización alérgica.
El ensayo también mostró que las mujeres con niveles bajos en sangre de EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) al comienzo del estudio se beneficiaron más de los suplementos. Para estas mujeres, se redujo el riesgo relativo de sus hijos de desarrollar asma en un 54%.
«Identificar a estas mujeres y proporcionarles suplementos debe considerarse una defensa de primera línea para reducir y prevenir el asma infantil», dijo el profesor Ken Stark de la Universidad de Waterloo, Canadá, quien dirigió el equipo de pruebas de laboratorio.
El Dr Ramsden añadió que el hecho de que el efecto preventivo de los ácidos grasos omega-3 fuera mayor en los niños cuyas madres tenían bajos niveles basales en la sangre de EPA y DHA fue «un hallazgo particularmente destacado».
En su comentario, estuvo de acuerdo en que el estudio también pone de relieve la importancia de medir los niveles basales de EPA y DHA en futuros ensayos e iniciativas de salud pública.
«Estas observaciones (…) apuntan hacia un enfoque de medicina de precisión en el que factores como los niveles sanguíneos de ácidos grasos, el genotipo y el historial paterno de asma podrían ser utilizados para adaptar las intervenciones a los que tengan más probabilidades de beneficiarse», sugirió.
Referencia
Bisgaard H, Stokholm J, Chawes BL, Vissing NH, Bjarnadóttir E, Schoos AM, Wolsk HM, Pedersen TM, Vinding RK, Thorsteinsdóttir S, Følsgaard NV, Fink NR, Thorsen J, Pedersen AG, Waage J, Rasmussen MA, Stark KD, Olsen SF, Bønnelykke K. Fish Oil–Derived Fatty Acids in Pregnancy and Wheeze and Asthma in Offspring. N Engl J Med. 2016 Dec 29;375(26):2530-9. doi: 10.1056/NEJMoa1503734.