El consumo de suplementos de ácidos grasos omega-3 puede reducir el riesgo de muerte cardíaca en un promedio del 8%, de acuerdo con los resultados de este nuevo meta-análisis que reunió datos de más de 70.000 personas.
La reducción del riesgo en las personas que tenían triglicéridos o LDL-colesterol elevados fue aún mayor del orden del 17%, escribieron los científicos de Midwest Biomedical Research y la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en el Journal of Clinical Lipidology.
La muerte cardíaca representa aproximadamente dos tercios de todas las muertes por enfermedad cardiovascular en los Estados Unidos, y un 42% a nivel mundial, cada año, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
«Es importante tener en cuenta que estos resultados coinciden con las conclusiones del reciente Science Advisory de la American Heart Association, que establece que el tratamiento con omega-3 EPA y DHA ‘es razonable’ para la prevención secundaria de enfermedad coronaria y muerte súbita cardíaca», dijo el Dr. Kevin Maki, autor principal del estudio, de Midwest Biomedical Research.
«Una característica notable de los suplementos de omega-3 EPA y DHA es el bajo riesgo asociado con su uso. Debido al bajo riesgo de efectos adversos, incluso un beneficio modesto es clínicamente significativo».
«Esta revisión actualizada indica que es probable que la mayoría de los adultos (sin o con evidencia clínica de enfermedad cardiovascular aterosclerótica) reciban alguna protección significativa contra la muerte súbita cardíaca a través de la administración de suplementos de EPA/DHA con ingestas apropiadas.
Un meta-análisis de 2017 de 18 ensayos controlados aleatorizados (ECA), también financiado por GOED, encontró que los ácidos grasos EPA y el DHA se asociaron con una reducción estadísticamente significativa en el riesgo de enfermedad coronaria en poblaciones de mayor riesgo, incluida una reducción del 16% en aquellos con triglicéridos altos y del 14% en aquellos con LDL-colesterol alto (Mayo Clinic Proceedings, Vol. 92, pp. 15-29).
Este nuevo meta-análisis es, según se informa, el primero en incluir la muerte cardíaca (también conocida como «mortalidad coronaria») como punto final primario, y la revisión más completa de la evidencia hasta la fecha. Fue financiado por la Organización Mundial para EPA y DHA Omega-3 (GOED), pero la organización no participó en el diseño o la interpretación de los resultados.
Detalles del meta-análisis
Las revisiones sistemáticas y los meta-análisis se encuentran en la parte superior de la pirámide de la evidencia científica, lo que los convierte en las formas más sólidas de evidencia.
El nuevo meta-análisis reunió datos de 14 ensayos controlados aleatorios (ECA) que totalizaron 71.899 personas. Los ECA revisados tenían más de seis meses de duración e investigaron la muerte cardíaca como el resultado primario, al comparar las frecuencias de eventos de muerte cardíaca entre los grupos de omega-3 y control. Los autores no revisaron los efectos del consumo de EPA y DHA del pescado en el riesgo de muerte cardíaca porque no existen ensayos aleatorizados y controlados. Sin embargo, los datos de estudios observacionales sobre EPA y DHA de pescado también respaldan un beneficio en la reducción del riesgo.
Los resultados mostraron que, además de la reducción estadísticamente significativa del 8% en el riesgo de muerte cardíaca para el consumo de omega-3 EPA y DHA en general, el riesgo de muerte cardíaca disminuyó en casi un 30% para las personas que utilizaron dosis más altas de más de 1 gramo de EPA y DHA por día.
Ninguno de los estudios se estableció para dilucidar el mecanismo de acción (es decir, de cómo los omega-3 pueden reducir el riesgo de muerte cardíaca), pero Maki y colaboradores señalan que se requieren dosis superiores a 1 gramo de EPA + DHA por día para producir cambios clínicamente relevantes en algunas de las vías, como los efectos sobre la inflamación y la trombosis».
Los autores concluyeron: «Estos resultados sugieren que se necesitan investigaciones adicionales para evaluar más a fondo la posible reducción del riesgo con suplementos de ácidos grasos omega-3 de cadena larga en dosis más altas y en muestras de mayor riesgo. Los ECA futuros deben incluir la evaluación de biomarcadores del estado de omega-3 al inicio y durante el tratamiento y deben diseñarse para probar hipótesis específicas sobre los mecanismos a través de los cuales se pueden producir los beneficios.
Referencia
Maki KC, Palacios OM, Bell M, Toth PP. Use of supplemental long-chain omega-3 fatty acids and risk for cardiac death: An updated meta-analysis and review of research gaps. J Clin Lipidol. 2017 Sep – Oct;11(5):1152-1160.e2. doi: 10.1016/j.jacl.2017.07.010.