Preguntas frecuentes

Los complementos alimenticios son productos alimenticios consistentes en fuentes concentradas de nutrientes cuya finalidad es completar el régimen alimenticio normal de las personas que deseen favorecer su salud o bienestar.
Podemos tomar complementos alimenticios cuando nuestra dieta diaria resulta inadecuada o incompleta por cualquier motivo o cuando nuestras necesidades nutricionales aumentan, como es el caso de las mujeres embarazadas, que deben tomar ácido fólico y yodo para el correcto desarrollo del feto.

No hay ninguna diferencia, sino que simplemente son distintas formas de denominar al mismo tipo de productos. No obstante, a nivel legislativo el término utilizado es “Complemento alimenticio”.

Las cantidades recomendadas de nutrientes que deben consumir las personas varían según la edad y el sexo y se conocen como cantidades diarias recomendadas (CDR) o ingestas de referencia (IR). Oficialmente en la Unión Europea, las cantidades recomendadas de vitaminas y minerales se representan en la actualidad mediante los valores de referencia de nutrientes (VRN), que son diferentes para cada uno de ellos. No obstante, estos valores no son necesariamente los óptimos ya que como se ha mencionado previamente, las necesidades individuales son distintas y podrían ser superiores. Algunos expertos consideran que estas cantidades garantizan no sufrir un estado carencial, pero no son las cantidades suficientes para optimizar todas las funciones del organismo.

Por otro lado, cabe destacar que para facilitar la información al consumidor, el etiquetado de los complementos alimenticios muestra el porcentaje de estos valores, de acuerdo a la cantidad que contiene la dosis o porción sugerida para cada producto.

Cuando se toman medicamentos de prescripción se debe siempre consultar a un profesional médico antes de tomar los complementos alimenticios e indicarle cuáles son los fármacos que está tomando. Los complementos alimenticios tienen actividad nutricional de manera que en algunos casos podrían interaccionar con los medicamentos. Por ello, debe valorarse cada caso de forma individual.

Algunos complementos pueden ayudar a asegurar que usted obtenga las sustancias vitales suficientes que el cuerpo necesita para funcionar; otros pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades ya que claramente nuestro estado nutricional influye en nuestra salud. Pero los complementos no deben sustituir por completo a las comidas que son necesarias para una dieta saludable, así que también asegúrese de comer una variedad de alimentos en cantidad suficiente.

A diferencia de los fármacos, los complementos no están destinados para diagnosticar, tratar, prevenir o curar enfermedades. Esto significa que los complementos no deben hacer afirmaciones como que “reducen el dolor” o “tratan las enfermedades cardíacas”. Afirmaciones como éstas sólo se pueden realizar legítimamente para los medicamentos, y no para los complementos dietéticos.

Incluso con una dieta sana, es posible que falten importantes vitaminas y minerales, especialmente aquéllos que no almacena el organismo. Esto se debe a que la calidad de los alimentos puede verse mermada por determinados sistemas de producción y procesado, quedando afectado su contenido nutricional, y por otro lado, también factores como el estilo de vida están influyendo en nuestro estado nutricional.

Por ello, los complementos alimenticios pueden suplir esas necesidades extra.

Los complementos alimenticios de venta en herbolarios, farmacia o parafarmacia, no requieren de una receta médica para comprarlos, aunque puede consultar con un profesional sanitario, ya sea su médico, dietista/nutricionista o farmacéutico para que le asesore en cuanto a qué complemento alimenticio tomar.

Los complementos alimenticios no pueden sustituir a una dieta equilibrada. Es importante recordar que una dieta variada y rica en frutas y verduras es imprescindible para conseguir un buen estado nutricional, si bien los complementos pueden ayudar a optimizarlo.

Teniendo en cuenta que los complementos alimenticios no son sustitutos de la dieta, es importante realizar una complementación inteligente y pautada para obtener los mejores resultados. Según el complemento y para qué se tome, no hará falta descansar, como es el caso de la vitamina B12 en veganos. Sin embargo, otros complementos, como aquellos a base de equinácea, deben ser de duración determinada. Recomendamos que la pauta sea guiada por un profesional de la salud.

Los beneficios de los complementos alimenticios se derivan, entre otras cosas, de que precisamente actúan nutricionalmente, y no farmacológicamente (como el caso de los fármacos) lo que en general reduce el riesgo de efectos secundarios. No obstante, es importante estar atentos a la posibilidad de efectos secundarios inesperados, en especial al consumir un producto nuevo, ya que cada organismo es diferente y los ingredientes son activos, pudiendo dar sensiblidad en algunas personas o estar contraindicado en determinados casos como padecer ciertas enfermedades o alergias o estar bajo tratamiento médico.

Además, es más probable que los complementos causen efectos secundarios o daños si se toman en reemplazo de medicamentos con receta, o cuando se ingiere una combinación de varios complementos sin la supervisión de un profesional.

Si sospecha que ha tenido una reacción adversa a causa de un complemento dietético, deje de tomarlo inmediatamente y acuda a un profesional de la salud.

Debido a la falta de estudios científicos que avalen su seguridad, no se recomienda su uso durante el embarazo y la lactancia, a excepción de complementos vitamínicos específicos. Es preferible esperar a acabar esa etapa y consultar con un profesional de la salud.

Se recomienda a los atletas extremar las precauciones sobre el uso de complementos alimenticios.

Es importante asegurarse la calidad de los productos y siempre consultar la garantía antidopaje con el fabricante. Se han dado casos positivos de dopaje por el uso de productos con garantías deficientes.

Las vitaminas y los minerales son sustancias nutritivas esenciales que nuestro organismo no puede fabricar por sí mismo.  Deben ser aportadas por la alimentación y son indispensables para el organismo ya que carencia de vitaminas puede tener consecuencias negativas para nuestra salud. Asimismo, no hay que olvidar que también las dosis elevadas de algunas vitaminas como las vitaminas A, D y K y de minerales, pueden ser tóxicas.  Por esta razón, es de una importancia capital tomar las cantidades óptimas de estas sustancias nutritivas.  Un aporte óptimo permite constituir reservas para responder a las necesidades, igualmente bajo circunstancias desfavorables.

Los ácidos grasos son los componentes básicos de las grasas, junto con el glicerol. La grasa se forma por la combinación de glicerol y tres ácidos grasos. Las grasas representan una parte importante de nuestra alimentación. Son una importante fuente de energía, elemento constitutivo imprescindible de la membrana celular y precursor de un gran número de sustancias que garantizan el buen funcionamiento de las células y los tejidos.

Se consideran ácidos grasos esenciales aquellos que necesitamos ingerir por la dieta directamente ya que no los podemos obtener mediante la transformación de otras grasas en nuestro organismo. En general, el ácido graso esencial que más tiende a suplementarse es el Omega 3, ya que tiene importantes funciones a nivel cardiovascular, ocular y cerebral y puede ser deficitario en alimentaciones desequilibradas pobres en pescado.

A diferencia del polvo de planta ordinario, los extractos de plantas estandarizados se constituyen con una cantidad específica de principios activos garantizando así siempre la misma composición y efectividad.

Dado que la composición de las plantas varía mucho según distintos factores como la época del año en que se recolecta, el punto madurativo y zona de cultivo, su no estandarización puede dar lugar a un producto heterogéneo entre lotes.